Este fin de semana es 16 de septiembre, la fecha en que todos los mexicanos sacamos la bandera, los trajes típicos y nuestras mejores recetas nacionales.
Hasta ahí todo bien y sin problemas, estar orgulloso de las raíces de uno es algo muy positivo. Sin embargo, algo que me preocupó bastante es una encuesta que me encontré en el Reforma, donde por desgracia se demuestra que tenemos un concepto de identidad nacional en el que no aceptamos las influencias del extranjero. La respuesta que más me pegó de la encuesta fue en donde la mayoría de los encuestados expresaban sus recelos de aquellos extranjeros que adoptaban la nacionalidad mexicana y de aquellos mexicanos que adquirían un pasaporte extranjero. Otra respuesta que me sorprendió fue aquella en la que la mayoría se expresaba contraria al comercio internacional, cuando buena parte de la economía de eso depende. En dicha encuesta también se expresaba el temor que tienen muchos mexicanos a que su identidad sea afectada porr "la globalización", y el 62% expresaban que la gente que critica al país o su forma de gobierno lo hacen porque no aman a la patria (punto que me parece en extremo incoherente, porque si por algo critico lo que veo en mi país es porque creo que se merece una mejor realidad que la que tiene).
Tal parece que queremos que el mundo se abra a México pero no que México se abra al mundo. Esto en un país que es el producto de la confluencia de culturas me parece tan contradictorio como estúpido.