Esta vez en París me pasó algo muy raro. Después de 7 años de este lado del charco, como que me dí cuenta que ya estoy un poco aburrido de Europa Occidental. Gracias a Dios he tenido la oportunidad de conocer casi todos los países entre Alemania y el Océano Atlántico (me faltan Suiza e Irlanda), y la verdad es que ya encuentro pocas cosas que me sorprendan en la “vieja Europa” (¡qué frase tan tonta!).
A lo mejor es pasajero y se me quita. Vamos a ver.