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“Ricardo La Volpe necesita su propio departamento de Relaciones Exteriores”

Antes de que el Sr. La Volpe dirigiera a Vélez en Argentina, algunos medios de ese país (especialmente "Olé") decían que en México no se le apreciaba dado que es argentino.

Después de haber experimentado las malas formas de este entrenador con la prensa, con los jugadores y hasta con sus partidarios, se dieron cuenta que aunque esta persona es realmente es uno de los que más saben de táctica en el balompié mundial, sus formas y su trato humano es lo que lo hacen fallar.

Después de escuchar la frase que da título a este post de boca de un amigo argentino, me dí cuenta que ellos habían llegado a la misma conclusión.  Escribo esto aún cuando sigo siendo de la opinión que el partido México-Argentina del Mundial pasado fue el mejor que una selección mexicana jamás haya jugado en una Copa del Mundo.

Concurso de historias de migrantes

Recibí una invitación de la embajada mexicana para participar en el Segundo Concurso de Historias de Migrantes.  El primero, como suele ser el problema de los mexicanos en general, se enfocaba únicamente a la manifestación del fenómeno en Estados Unidos, ignorando al resto del mundo.

He pensado en participar tomando algunos apuntes de este blog, pero no creo que les agraden demasiado mis posiciones críticas sobre muchas cosas que pasan en México.

Volver a Comenzar

Como he mencionado antes, me la he pasado escuchando el último disco de Café Tacuba.  Después de chutarme la colección completa y poner el disco en su contexto, el sonido es un poco más 70’s, un poco más pop, pero las letras son francamente el punto fuerte del álbum.  El primer sencillo, que según tengo entendido ya tiene tiempo sonando en la radio en México, se llama “Volver a Comenzar”, y francamente me gusta bastante.

Si hiciera una lista de mis errores
de los menores hasta los peores
que expusiera todas las heridas,
los fracasos, desamores y las mentiras

Ofreceré el aroma del ámbar
ofreceré el cedro y mis lágrimas
con la paciencia del mar esperaré toda una vida
a que sane la confianza
si volviera a comenzar
no tendría tiempo de reparar

Si hiciera un viaje a mis adentros
y sobreviviera a los lamentos
pediría fuerzas para decir cuánto lo siento
si volviera de un viaje a mis adentros

si volviera a comenzar
no tendría tiempo de reparar
el agua derramada está
la sed que siento no saciará

¿Cuántas cosas mas puedo guardar?
¿Cuántas cosas puedo atesorar?
dulce tentación
de dejarlo todo

¿Cuántas espacio mas quiero ocupar?
(hasta los recuerdos ya no caben en este lugar)
¿Cuántas cosas más puedo llevar?
(la última mudanza debe ser la más ligera)
dulce tentación
de dejarlo todo
dulce tentación
regalarlo todo

Si volviera a comenzar
no tendría tiempo de reparar
El agua derramada está
la sed que siento me sanará

El agua derramada está
la sed que siento me sanará

Cómo seguir perdiendo el tiempo

Entre este blog post y esta polémica barata de tercera, no me cabe la menor duda que nos encanta tirarnos al suelo y perder el tiempo en babosadas pseudonacionalistas.  En lugar de pensar que "es que nos discriminan, y nos tratan mal", "todo es la culpa de la conquista", o incluso síntomas de una falta de autoestima brutal como "nos insultan diciendo que somos feos".

El momento en que empecemos a ver hacia el futuro y hacia el exterior de una forma constructiva, en lugar de hacia el pasado y hacia dentro de una manera simplista y francamente irreal, es cuando realmente empezaremos a hacer algo por nosotros y por nuestro país.  Ya basta de echarle la culpa a otros y de quejarnos, si no nos ponemos a actuar seguiremos en las mismas.

Tal vez es lo que queremos, a final de cuentas.

Libro recomendado: El regreso del idiota

Como alguna vez he comentado, me considero liberal tanto en lo económico como en lo social.  Hace diez años, leí un libro que en mi adolescencia influyó en gran manera en mi pensamiento político y social: El manual del perfecto idiota latinoamericano.  Aunque no comulgo con el uso de este adjetivo (des)calificativo, en muchas de sus ideas no pude dejar de estar de acuerdo.

Una década después, en vista del clima político y social reinante en América Latina, los autores sacaron una segunda parte, El regreso del idiota (muy bien comentado aquí).  Aunque no me parecen algunas cosas que expresan, en general son detalles mínimos en comparación con la importancia de sus ideas centrales: simplemente que si nuestros países quieren progresar tiene que haber tanto libertades económicas como libertades políticas.  El "socialismo bolivariano del siglo XXI", por dar un ejemplo, tiene mucho de socialismo y poco de siglo veintiuno, especialmente si tenemos en cuenta que incluso las economías de los países ¿socialistas? están creciendo justo ahora que han adoptado políticas de libre mercado.

Somos pobres, la culpa no es de ellos.  Hasta que nos demos cuenta de eso y veamos hacia Chile, Corea o incluso China (económica, mas no políticamente), y no hacia Cuba o Camerún seguiremos en las mismas.  Y que conste que yo también me considero un miembro más de la izquierda vegetariana, de esa que en el país en el que puedo votar prácticamente brilla por su ausencia.

Una cosa es que el sistema económico mal llamado neoliberal no funcione en nuestros países porque de liberal tiene muy poco (simplemente se cambiaron monopolios estatales por monopolios privados, pero no se creó ni por aproximación un mercado libre con reglas claras, ni siquiera a nivel interno) y otra muy distinta que la aplicación de recetas que colapsaron a la Unión Soviética y de las que los chinos están huyendo tenga un resultado distinto en nuestros países.  Si queremos dejar de sentir que nuestra historia va en círculos en lugar de líneas ascendentes tenemos que actuar a conciencia.

La vida del inmigrante

Un amigo me mandó este artículo.  Me quedo con el párrafo referenciado abajo:

"Tengo la impresión de que cualquier ser humano que, por necesidad o elección, se va de su tierra en la edad madura para vivir en otro sitio ajeno, perdiendo sus códigos, su acento, sus amigos del alma, su familia y sus libros y discos de adolescencia, se convierte en otra persona a la fuerza. Y esa otra persona no es ya de ninguna parte. Pero tiene un pariente cercano en cualquier inmigrante, tiene historias comunes con todos los que se han ido. Yo tengo más temas en común con un senegalés que llegó a España en patera que con un francés que vive en París. Somos muchísimos los que estamos en otra parte, los que ya no tenemos en el bolsillo la llave de la casa de nuestros padres. Los inmigrantes somos un país sin bandera y sin himno, pero nos reconocemos por la calle y sabemos cuánto nos cuesta cada día no olvidar de dónde vinimos, de dónde somos."

La Generación Agotada

Me encontré este artículo de Rosaura Barahona en el blog de la Chica Regia.  Aunque puedo definitivamente ver que describe muy bien el entorno que dejé en México, yo no me identifico tanto. 

Como mi desarrollo como adulto ha sido en su mayor parte en el extranjero, en muchos aspectos me salí del círculo de las amistades por conveniencia y el tener para presumir. 

Nunca fui muy conservador en mis convicciones políticas ni religiosas y aunque trabajo durísimo, trabajo para vivir, no vivo para trabajar. 

Aunque me gusta vestir bien de acuerdo a la ocasión eso no necesariamente significa tener ropa de marca ni nada por el estilo, sino seguir un estilo propio. 

El dinero, más que un fin, lo considero un medio, y la gente que se preocupa por el qué dirán, la frivolidad y qué me voy a poner mañana me da la misma flojera que a ellos los problemas de nuestro país (aunque tampoco tengo idea de cómo cambiarlos y cada vez me convenzo más que no tienen remedio a menos que cambiemos nuestra cultura de raíz).

Aunque también me estreso de vez en cuando, la verdad es que he aprendido a vivir la vida mucho más tranquilamente.  En el trabajo me aprecian e incluso me preguntan cómo le hago para sonreír todo el tiempo.

Obviamente, no soy ni perfecto ni nada por el estilo.  No creo que conozca todas mis limitaciones, y a veces tiendo a ser demasiado tranquilo, pero estoy contento conmigo mismo y con mi entorno.

Muchas de esas actitudes ya las tenía y muchas tienen que ver con vivir donde vivo.  Cada quién habla de la feria dependiendo de cómo le fue.

Choque cultural a la mexicana

Uno de los blogs que leo es de un mexicano que después de vivir en Finlandia acaba de regresar a México.  De su experiencia personal tiene tres puntos que comparte que me parecen muy válidos.

  1. Nunca esperes que te digan las cosas como son.
  2. Nadie nunca te va a confrontar directamente a menos que seas un extraño.
  3. La gente se toma todo personal.

Total que uno no es de aquí ni es de allá, jajajaja.

Más en su blog.