Una vez, estando en el club en México, estaba platicando con una chava que acababa de conocer. Cuando le comenté que entonces vivía en Finlandia, ella estaba encantadísima. Le dije que ahí hay poca corrupción y poca pobreza, y ella seguía super interesada. El problema fue cuando le expuse que como no hay desigualdad, tampoco hay personal doméstico de limpieza (y si lo hay, es extremadamente caro) a lo cual me contestó: “¡Ay no, es que yo sin chacha no vivo!”.
Me ha pasado varias veces encontrarme mexicanos y mexicanas (síguele Ox) que fuera de México no saben vivir sin sus chachas. No saben cocinar, limpiar, vaya, ni hacer la cama o de perdida unas quesadillas. A mí francamente me parece escandaloso que haya tanta gente que dependa tanto de tener ayuda doméstica y lo que refleja sobre la sociedad mexicana.
Vaya, a mí también me gustaría tener alguien que me ayudara en la casa (cuando vivía con mis padres, también había temporadas en la que teníamos “muchacha”), pero me enseñaron a limpiar mi tiradero de igual forma, con o sin ayuda.