Somos casi 130 millones de mexicanos (más otros 30 millones viviendo en el exterior) así que me cuesta trabajo creer que de entre todos nosotros las mejores opciones sean tan horribles. A saber:
- Un tecnócrata milusos que nunca se ha desempeñado en un cargo de elección popular (y que por lo que parece, aunque tal vez no haya robado, ha dejado robar en cantidades industriales)
- Un estatista trasnochado empeñado en llegar a la presidencia a como dé lugar con instintos políticos y económicos que recuerdan lo peor de los sexenios de JoLoPo o Echeverría
- Un yuppie gángster con varios escándalos a cuestas y que en su ambición terminó de desmantelar a su partido entre luchas intestinas y alianzas electorales
- Un payasito de cuarta que cree que gobernar el país es salir con las mejores puntadas como mochar manos o darle tequila a Trump, además que ni siquiera lleva dos años como gobernador
Es cierto que no vivo en México desde hace muchos años, pero sigo visitando con cierta frecuencia y mis seres queridos viven allá, así que aunque haya quien se queje con el típico “y a tí qué si estás allá bien cómodo” me sigue (y seguirá) importando mi país. La impotencia, por desgracia, está a la orden del día porque en 20 años no veo que haya mejorado gran cosa. Esa es la clave del resentimiento social que estamos viendo, aunque me preocupa que nos vaya a salir peor el remedio que la enfermedad.
Para que el país levante, hay tres áreas principales que se tienen que arreglar:
- la economía, incluyendo no sólo que hagamos uso de nuestras ventajas competitivas y tengamos finanzas públicas sanas (y con una tasa de recaudación proporcional al PIB que no sea comparable con Botswana), sino que también aprovechemos el bono demográfico que sólo durará unos cuantos años más y por fin terminemos con el problema de pobreza y desigualdad que tantísimo daño nos hace
- la seguridad, que la verdad ahí sí no sé ni por dónde empezar, pero sólo sé que vivo temiendo recibir una llamada de que le haya pasado algo a mi familia (o a nosotros cuando visitamos)
- el estado de derecho, porque nadie confía en el sistema de justicia mexicano y además es muy poco efectivo (no quiero ver manos mochadas, quiero ladrones y asesinos en la cárcel)
El candidato que me convenza de que sus propuestas son las mejores en esto aspectos tendrá mi voto. Obviamente no estoy diciendo que áreas como la educación, la salud, los derechos civiles, el campo, etc, no sean importantes. Simplemente, creo que sin esa base de una economía sana, seguridad física y sistema legal confiable no podemos construir nada.
Por desgracia el ganador más probable es al que le tengo menos fe, pero espero por el bien de mi país ser gratamente sorprendido por el desempeño del que llegue. Si no, nos esperan al menos seis muy largos años.
Para terminar, les comparto este meme que me mandaron que a mi juicio resume muy bien nuestras opciones en este 2018 (incluyendo algunos candidatos que no van a estar en la boleta):
Guia posmoderna y práctica para decidir su voto en 2018
– Si usted está a favor del matrimonio homoparental, los derechos sexuales, y el aborto, usted debe votar por la derecha, es decir, por el PAN y por Anaya. Porque esos temas están en la agenda del PRD que ahora está aliado con el PAN en el Frente.
– Si usted está en contra de toda esa agenda tradicionalmente de la izquierda, es decir, si usted está en favor de la familia tradicional, en favor de la vida y en favor de la penalización del aborto, usted debe votar por la izquierda, es decir, por Morena. Porque ahora Morena cobija la agenda moral de Encuentro Social aliado con el Peje.
– Si usted quiere votar por el PRI, usted debe votar por el Bronco, cuyo pasado priísta al estilo autoritario, intolerante y misógino de Díaz Ordaz le persigue constantemente. Usted no debe votar por el PRI. ¿Por que? Se lo explicamos en el punto siguiente.
– Si usted quiere votar por el PAN, digamos el PAN “más moderno”, tiene que votar por el PRI que tiene un candidato no priísta, y que de hecho es de origen panista.
– Pero si usted quiere votar por el PAN más tradicional, debe votar por Margarita Zavala, que ya no milita en el PAN porque se peleó con Anaya.
– Si usted está en favor de las privatizaciones de Salinas, entonces vote por Morena que en el gabinete del Peje presentó nada menos que al suegro del hijo de Slim como secretario de turismo.
– Si usted está en favor de los pobres vote por la derecha ya que el PAN y su Frente que proponen un ingreso básico universal
– Si ante el panorama anterior, usted se desencanta y le gana la depresión, aún puede ejercer su voto, calmar su conciencia y a la vez tirar su voto a la basura, ¡Vote por Marychuy!Ahora que si usted tiene problemas de bipolaridad debidamente diagnosticada, vote por cualquiera de las opciones anteriores. Y así:
– Habrá votado en contra y a favor de los derechos LGBT
– Habra votado por la derecha y por la izquierda
– Habra votado por el PAN y por el PRI a la vez
– Habra votado por el PAN y a la vez repugnará al PAN
– Odiará al PRI y a la vez votará por el.
– Estará en favor de los pobres y a favor de la oligarquía económica de este país.
– Ejercerá su voto y a la vez lo habrá tirado a la basura.Y si piensa que las cosas no pueden estar peor, recuerde el tobogán de nieve de Maru Campos.
¡Felices elecciones 2018!